Els Gegants del Pi
Los Gegants del Pi son una de las parejas más conocidas y antiguas de Cataluña. Su primera referencia data de 1601, año en que participaron en la canonización de San Raimundo de Peñafort en Barcelona. Pero, a pesar de no encontrar ningún dato ni documento que lo acredite, seguramente ya existían antes.
La segunda referencia documental de los Gegants la encontramos en el libro de cuentas de la Obra del Pi del año 1624. A partir de esta fecha, el libro incluye documentos gráficos donde aparece un gigante llevando un escudo donde se puede leer Pi.
Las diversas representaciones gráficas presentan un gigante con un rostro moreno, de carácter guerrero, llevando una porra, una daga y un yelmo con plumas. La imagen de la giganta, en cambio, varía según la moda del momento, como en el caso del resto de gigantas de la época.
Entre los siglos XVII y XVIII los Gegants del Pi participaron en diversas procesiones como las del Corpus de Barcelona o las procesiones de las basílicas de Sta. María del Pi y de Sta. María del Mar.
Según consta en el libro de cuentas de la Obra del Pi, parece ser que en el 1772 se creó la pareja de Gegants del Pi que llega a la actualidad. Pero poco después, justo el año 1780, el rey Carlos III decretó una real cédula que restringía y prohibía la imaginería festiva por considerarla demasiado grotesca y alejada del carácter religioso.
A partir de esa fecha los gigantes quedaron encerrados 18 años, hasta que en 1798, aprovechando que los Gegants petits del Pi bailaban ante el Capitán General de Cataluña, se entregó al Capitán un manifiesto solicitando que los gigantes volvieran a participar en la procesión de Corpus. El indulto fue concedido y el año 1799 la procesión del Corpus de Barcelona contó con la participación de los Gegants del Pi y los Gegants de la Ciutat de Barcelona.
Esta participación coincidió con la reforma del pavimento de La Rambla de Barcelona, que consistía en un paseo central, llamado “terrat”, y dos carriles laterales, llamados “camí”. Justamente al pasar por La Rambla, los Gegants del Pi bailaban por el carril lateral (“camí”) y los de la Ciutat bailaban por el paseo central (“terrat”). Este hecho originó la conocida y popular canción:
“El Gegant del Pi ara balla, ara balla,
el Gegant del Pi ara balla pel camí.
El Gegant de la Ciutat ara balla, ara balla,
el Gegant de la Ciutat ara balla pel terrat.”
En 1807 los Gegants del Pi participaron, junto a otras figuras de la imaginería popular (Gegants petits del Pi, Mulassa, Lleó…), en la beatificación de San José Oriol, patrón del barrio del Pi.
Durante el siglo XIX los Gegants continuaron participando en las procesiones del Corpus del Pi, de la Catedral y otras salidas como la procesión de Santa María del Mar. Pero en 1870 interrumpieron su actividad para ser arrinconados y guardados en cajas, ya que, pese a los arreglos que habían sufrido, continuaban siendo unos de los gigantes más altos y pesados de Cataluña.
Guardados en cajas, los Gegants sobrevivieron a hechos como la Semana Trágica o las revueltas de 1936, donde el patrimonio de las iglesias sufrió graves daños o fue destruido. Al comenzar la Guerra Civil, fueron trasladados por el Archivo de Historia de la Ciudad, al Convento de la Esperanza del barrio de Sant Just de Barcelona y, posteriormente, se llevaron al Monasterio de Pedralbes. Terminada la guerra, en 1939 fueron guardados de nuevo en la Basílica del Pi.
En 1951, el señor Francesc Álmez descubrió los restos de los gigantes y propuso recuperarlos. Para llevar a cabo la tan deseada restauración, en 1959 se creó una comisión formada por asociaciones culturales, de vecinos y de comerciantes del barrio.
La restauración de las figuras fue realizada por el artesano de gigantes Manel Casserras, de Solsona, la ropa fue confeccionada por la sastrería Llorens y el asesoramiento artístico fue obra del señor Evarist Mora. Los Gegants del Pi adoptaron entonces la imagen que mantienen actualmente: él como un musulmán con largo chaleco verde, turbante y una enorme cimitarra en la mano; y ella como una dama de piel blanca, larga cabellera negra, vestida con tonalidades rosas y blancas, y un largo velo que cuelga de su sombrero de punta. Esta indumentaria no fue escogida al azar, sino que se tomaron como modelo muchas de las piezas de ropa que se encontraron junto con los gigantes.
El 12 de junio de 1960, tras un año de trabajo, los Gegants del Pi volvían a ser una realidad viva en las calles de la ciudad. Llevados por los portadores de los Gegants de Solsona, salieron en pasacalle desde el Palau de la Virreina hasta la pl. Sant Josep Oriol, donde recibieron la bendición acompañados por una multitud de ciudadanos de Barcelona que no se lo quisieron perder.
A partir de ese año, los Gegants del Pi volvieron a participar en diferentes procesiones y pasacalles, custodiados por el Patronat dels Gegants del Pi, entidad que más tarde se convertiría en la Associació d’Amics dels Gegants del Pi, encargada actualmente de velar por el mantenimiento y la gestión del patrimonio festivo del Pi.
En 1985, durante la fiesta de celebración del 25 aniversario de recuperación, fueron bautizados con los nombres de Mustafà, por su carácter sarraceno, y Elisenda, en honor a la Reina Elisenda de Montcada, fundadora del Monasterio de Pedralbes, lugar que preservó a los Gegants del Pi en tiempos de guerra. Sus padrinos fueron los Gegants de la Ciutat.
Durante ese mismo año se decidió construir unas copias de los gigantes para hacerlos más ligeros y preservar los originales del desgaste que suponía su gran actividad en pasacalles y actos de cultura popular y tradicional dentro y fuera de Cataluña. Así, la réplica de Mustafá vio la luz el 24 de septiembre de 1986 i Elisenda el mismo día de la Mercè de 1987. Los dos son obra de Manel Casserras Boix, responsable de su restauración durante todos estos años.
En 1993, como reconocimiento histórico, los Gegants del Pi pasaron a formar parte del Seguici Popular de Barcelona.
En el año 2001 se celebraron los 400 años de su primera referencia histórica, la canonización de San Raimundo de Peñafort, con un conjunto de actos de gran revuelo y trascendencia histórica, entre los que destacan la entrada en la Catedral para visitar la tumba de Sant Raimon de Penyafort o el encuentro de gigantes centenarios de Cataluña.
Des de la construcción de las réplicas, los gigantes originales solo han vuelto a salir a la calle el día de la celebración del 50 aniversario de su recuperación, el 12 de junio de 2010. Pero, a partir del 2011 se decide que los Gegants grans y petits del Pi originales vuelvan a salir cada año para el pregón de las Fiestas de Sant Josep Oriol del barrio del Pi.
El Ball dels Gegants del Pi se basa en la popular canción conocida por todos los niños. El baile representa la historia de amor imposible de la pareja con incontables vueltas y cruces que parecen no tener final. Coreografiado por Xavier López, el baile puede ser realizado por una pareja o por los Gegants grans y petits del Pi a la vez, en lo que es conoce como Ball en familia.
Actualmente, Mustafá y Elisenda se pueden admirar de forma permanente en La Casa dels Entremesos. Pero las figuras originales se encuentran guardadas en la Iglesia de Santa María del Pi.

